Finalista, III Concurso de cómic Diputación de Cuenca
El Ossel, una criatura diabólica donde las haya. Un cómic que pretendía ser sórdido, tórrido y lúbrico... Pero acabó saliendo apto para todos los públicos. Vamos, el Catón...
Como el aleteo de las alas de una mariposa, parece que si el Indice de Confianza del Consumidor de la Universidad de Michigan está por los suelos, a nosotros nos toca ponernos a temblar... Corría el año 2008.
En concreto, el de Pamplona, para la felicitación navideña del 2005. Con desigual suerte. Creo que no gustó. ¡Qué le vamos a hacer...!
Un homenaje, que al parecer nadie comprendió, al universo Moebius-Jodorowsky-Giménez. En el detalle, los tres reyes portaban "otros regalos" que cualquier aficionado podría identificar...
Dieciséis años separan estas dos versiones. Por aquel entonces ya asomaba las orejas la idea de que, si nadie lo impedía, la Sanidad podía convertirse en un negocio de narices.